martes, 21 de mayo de 2013

TARDE ACIAGA Y MUY TRISTE PARA UN AURRERA AL QUE SE LE ESFUMA EL TÍTULO EN LA ÚLTIMA JORNADA DE LIGA

 EL CONJUNTO ROJILLO EMPATA CONTRA TODO PRONÓSTICO EN VILLABONA ANTE EL EGINTZA Y PERMITE QUE EL IBARRA SE PROCLAME CAMPEÓN DE LIGA EN 3ª DIVISIÓN

 


Llevaba dos años, precisamente desde que dejé de entrenar a este genial grupo cuando competíamos en 1ª Nacional A, que el fútbol sala no me hacía sentir en mis propias carnes una situación tan triste como la que viví el pasado sábado en Villabona ( Gipuzkoa ). Y es que, aunque ya llevo dos temporadas sin formar parte de este equipo, tanto jugadores como técnicos me han transmitido su cercanía una y otra vez, semana tras semana, haciéndome cómplice de sus ilusiones y manteniendo en mí un interés especial por sus logros y sus fracasos.

Sinceramente, quizás por falta de capacidad objetiva en este caso, no sé muy bien cómo explicar qué es lo que pasó el sábado en el polideportivo Olaederra de Villabona para que al Aurrera se le escapara en el último partido un título que, desde fuera, todos veíamos prácticamente en sus manos. Podemos hablar de un montón de circunstancias, de que el equipo encajó dos goles en los primeros segundos de cada parte, de un gol en propia puerta, de otro gol en contra en la primera jugada con portero-jugador, de un partido extraordinario del joven meta local, de que el Egintza, a pesar de no jugarse nada, disputó el partido muy motivado ya que dos jugadores suyos se retiraban y lógicamente querían hacerlo con una victoria, de que el Aurrera viajó con tres bajas notorias y dos de sus puntales jugaron prácticamente lesionados..., yo qué sé, lo que está claro es que el equipo no estuvo bien, se mostró extremadamente impreciso y las piernas no iban como en otros partidos.



Yo soy de las personas a las que las experiencias vitales le han hecho creer cada vez más en el destino, como si las cosas estuvieran predeterminadas a que sucedan de una determinada manera. Y soy consciente de que en este aspecto entro en una seria contradicción personal. No lo sé, perdonadme que entre en estas divagaciones. Quizás era lo que iba sintiendo el sábado en la grada, sentado junto a dos buenos amigos que también han formado parte de este grupo hace unos años, mientras presenciaba cómo se le escapaba en el último escalón el sueño merecido de toda una temporada a esta gente a la que tanto aprecio. Lo que vino posteriormente en el vestuario y en la salida del polideportivo fue muy duro, donde solo pude intentar consolar a este gran grupo, pero donde también recibí por parte de ellos algunos detalles entrañables que me emocionaron y que se quedan para mí.

Aquí os dejo la crónica de mi gran amigo Álex Aragoneses, un gran técnico y una excelente persona, a la que el destino o la propia competición le deparó el pasado sábado una jornada muy triste, pero el mismo que siempre me ha dicho que ante las adversidades hay que levantarse todavía más fuerte.



CON LA MIEL EN LOS LABIOS 

Lo que podía haber sido un sueño con final feliz terminó siendo una pesadilla en la que el Aurrera terminaba sin poder acabar la temporada como campeón de liga. Dependían de ellos mismos, pero como bien dijo un gran amigo nuestro: “Hay cosas que están predeterminadas a que sucedan y por mucho que lo intentemos remediar son fruto del destino”. Nos pongamos como nos pongamos, el Aurrera a pesar de haber liderado la clasificación durante gran parte de la temporada no le quedó otra que conformarse con el agrio sabor de la segunda posición tras el Ibarra que revalida el título.

El partido comenzó mal para el Aurrera. Una jugada de inicio del Egintza perfectamente ejecutada por parte de Oier hacía que se adelantaran en el marcador. Ir por detrás incomodaba a los rojillos y provocaba mil y un errores en la circulación del balón produciendo así ocasiones clarísimas de los de Billabona que Ribaguda lograba desbaratar. Los de Manu Melgar eran un puñado de nervios pero a pesar de ellos se hacían con el control del esférico en busca del empate. Finalmente llegaría el ansiado gol vitoriano por parte de Ibón que aprovechaba un disparo lejano de Abel remachándolo a la red al segundo palo. Con el empate el Aurrera volvía a las andadas y un error en la transición en cacha contraria hacía que los locales montaran una contra de libro finalizada por Hautsi batiendo a un impotente Ribaguda. Con el marcador nuevamente en contra, los rojillos volvían a ponerse nerviosos y a tener prisa por empatar, siendo ése su mayor error. Fruto de ello los de Josean Jiménez aprovecharon una contra y la posterior salida fuera de área a la desesperada de Ribaguda para que Etxebe anotase el 3-1 después de picarle el balón en su segundo intento de detener el esférico. Con el encuentro muy cuesta arriba para los de Manu Melgar sólo quedaba armarse de coraje y darlo todo en la cancha. Gracias a ello llegó el 3-2 tras una jugada en la que llegaba el balón al fondo de la cancha e Ibón lo lograba dejar de cara para que Edu lo rematase al fondo de las mallas. Ese gol armaba de valor a los rojillos y se volcaron al ataque, pero enfrente tenían al cancerbero Gaizka que se mostraba intratable.



Tras el descanso parecía que los rojillos salían con ganas de dar la vuelta al marcador, pero a la primera de cambio, una contra del Egintza nuevamente en el primer minuto de ésta segunda parte daba al traste con las esperanzas de los alaveses. Edu intentó sacar el balón de debajo de la línea de gol para que un contrario no anotase con la mala fortuna que él mismo lo introducía en la portería haciendo el 4-2. El equipo estaba bloqueado, nulo, neutralizado por el tremendo mazazo que significaba el gol del Egintza pero del banquillo visitante saltaba a la cancha con un jugador que cambiaría la cara de su equipo. Aritz, jugador del filial, aportó ese poquito de intensidad y de ilusión que le hacía falta al equipo y a partir de ahí empezaron a surgir nuevas ocasiones de gol. La sucesión de ocasiones hacían levantar al banquillo vitoriano una y otra vez con el “uy” en la boca pero tan solo una bolea de Gontzal pudo perforar la portería del joven Gaizka. Con el 4-3 en el luminoso el Aurrera aún creía en el milagro y se volcaba sin conocimiento hacia la portería local pero se topaban una y otra vez con el espectacular meta guipuzcoano. Los de Manu Melgar optaron por sacar portero jugador a falta de cuatro minutos pero la mala fortuna hizo que Abel errase en el primer pase y Lander anotase desde su propia cancha a portería vacía. Con el 5-3 el Aurrera no tiró la toalla y siguió con el ataque de 5 anotando en 3 minutos 2 goles, ambos obra de Trevi. Con el empate a 5 en el marcador y aún un minuto por disputar todavía se veía posible la victoria, pero el tiempo corría deprisa y aunque lucharon hasta el último segundo el ansiado gol no llegó, llevando la desolación a la escuadra vitoriana. Así es el deporte…

Tras mucho esfuerzo y sufrimiento durante toda la temporada la parroquia vitoriana se quedó sin su final feliz, sin poder brindar el título a todas esas personas que han colaborado, apoyado y aportado algo para que el sueño se hiciese realidad.



Solo queda felicitar a los componentes de la plantilla por su esfuerzo y sacrificio: Bernal, Ribaguda, Gontzal, Abel, Mendo, Joseba, Ibón, Trevi, Edu, Alvaro, Andoni y Javitxu.
Así como a todos los jugadores de las categorías inferiores que nos han ayudado a preparar la temporada, en especial a Gonzalo, Aritz e Ibra por su entera dedicación a nuestro equipo.
Asimismo me gustaría dar las gracias a gente como Kike y Andoni Lasko por ayudarnos constantemente en los entrenamientos con su presencia.
Por supuesto dar las gracias también al mister Manu Melgar por su dedicación al grupo así como al personal del club como Celes y Raúl del Pozo por darnos su apoyo y todas las facilidades posibles durante la temporada.
Cómo no, hay que dar las gracias a toda esa gente que nos viene a ver partido a partido dándonos su ánimo. En especial a Gloria, Jose Luis, Cristian, Jóse Bernal, Argui y Esti que sin su apoyo nada hubiese sido igual.
Gracias también a Don Javier Corral que semanalmente nos da cobertura en su blog y se interesa por nosotros y nuestros resultados.
También me gustaría recordar y agradecer la labor de todas esas personas que han hecho de delegado de cancha toda la temporada como Juanjo, Julen, Dani Miguelez y Edu Aragoneses que sin su granito de arena no hubiésemos podido hacer esta montaña.
Mención aparte merece la persona que hace que cada semana os lleguen las crónicas sin faltas de ortografía y con sentido, además de sufrir jornada tras jornada esta enfermedad tan rara llamada fútbol sala. Muchísimas gracias Esti.
Por último, me gustaría despedirme en esta última crónica de la temporada dando las gracias a una persona que lleva 5 años a mi lado, la que he visto crecer física y deportivamente y a la que tengo mucho cariño. Su nombre es Mendo y por obra del destino nos dice “hasta luego” para vivir una nueva experiencia lejos de nosotros. Muchas gracias Mendo, te echaremos de menos.
Gracias a todos.

Se despide hasta la próxima temporada,

Alex Aragoneses

EGINTZA 5: Gaizka, Xabi, Hautsi (1), Oier (1) y Lander (1) –Quinteto Inicial- Murua, Joseba, Etxebe (1) e Ivan.

AURRERA 5: Ribaguda, Abel, Gontzal (1), Edu (1, 1p/p) e Ibon (1) –Quinteto inicial- Bernal, Trevi (2), Aritz, Javi Abad, Joseba, Mendo y Andoni.

1ª PARTE: 1-0: Oier, min. 1; 1-1: Ibon, min. 6; 2-1: Hautsi, min. 9; 3-1: Etxebe, min. 14; 3-2: Edu, min. 18.

2ª PARTE: 4-2: Edu (P.P), min. 20; 4-3: Gontzal, min. 29; 5-3: Lander, min. 36; 5-4: Trevi, min. 37; 5-5: Trevi, min. 39. 


Crónica elaborada por Álex Aragoneses.
 

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